lunes, 20 de enero de 2014
Decir adios.
No se porque le doy tanta vuelta al asunto, como si se tratara de vida o muerte. No se porque vuelvo a releer la misma pagina una y otra vez, como disco rayado, y resulta ser que ni siquiera era uno de mis libros favoritos. No se porque la vida me hizo tan puntillosa para algunas cosas y tan precavida para otras, cuando solo es cuestión de despedirse para siempre, siendo que acá ya no tengo nada que hacer, y marcando el hecho de que la vida continuo para algunos otros que creía conocer tan perfectamente. No se porque, y teniendo presente mi insistencia en el tema, que alguna parte de mi quisiera regresar a esos viejos tiempos en que era supuestamente feliz, y de pronto sale a la luz la falsedad humana, que reaparece cuando mejor le conviene. No se porque ya habiendo pasado cierto tiempo hay decepciones que me siguen doliendo y mas aun temo no poder hallar el valor para perdonar, siendo que yo no soy ni mas ni menos que nadie, pero es ese perdón el que nos hace libres para seguir adelante y escribir cosas mejores, para darle un cierre a las emociones interminables, para olvidar y resetear la mente, para volver a creer en una felicidad posible.
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