Los viejos amores que no están, la ilusión de los que perdieron, todas las promesas que se van y los que en cualquier guerra se cayeron. El engaño y la complicidad de los genocidas que están sueltos, el indulto y el punto final a las bestias de aquel infierno. Los desaparecidos que se buscan con el color de sus nacimientos, el hambre y la abundancia que se juntan, el mal trato con su mal recuerdo. Todo está clavado en la memoria, espina de la vida y de la historia. Dos mil comerían por un año con lo que cuesta un minuto militar, cuántos dejarían de ser esclavos por el precio de una bomba al mar. Todo está clavado en la memoria, espina de la vida y de la historia. Todos los muertos de la A.M.I.A. y los de la Embajada de Israel, el poder secreto de las armas, la justicia que mira y no ve. Fue cuando se callaron las iglesias, fue cuando el fútbol se lo comió todo, que los padres palotinos y Angelelli dejaron su sangre en el lodo. La bala a Chico Méndez en Brasil, 150.000 guatemaltecos, los mineros que enfrentan al fusil, represión estudiantil en México. América con almas destruidas, los chicos que mata el escuadrón, suplicio de Mugica por las villas, dignidad de Rodolfo Walsh.
Todo está cargado en la memoria, arma de la vida y de la historia. La memoria apunta hasta matar a los pueblos que la callan y no la dejan volar libre como el viento.