No tenía nada que perder, hasta que llegaste tú. Le doy gracias a quien te perdió, porque así pude encontrarte. Y así fue como me enamoré de ti, a través de tus sonrisas, caricias, cartas,y mi sonido favorito, tu risa. Porque quiero que seas siempre tú, el hombre que con el caminar de su dedo, dibuje un corazón en mi espalda. Que este diga por siempre, tú y yo.