jueves, 1 de noviembre de 2012

Tragarse Todo.

Soy de la clase de personas que cada dolor por más fuerte que sea se traga todo , ni una lagrima , ni una sola. Una fruncida en los labios y a seguir adelante , aunque por cada lagrima tragada un grito sale. Lamento que cada dolor se convierta en bronca y odio.

La vida es sueño

 De eso se trata esta historia, de despertar, de distinguir entre la realidad y sueño. Si tu vida es sueño alguien se apodera de ella.
Hay que distinguir entre vivir tus sueños y soñar con una vida irreal. Para despertar de ese sueño que nos anestesia hay que volver a creer.
Despertar es salir de tu bunker, de esa habitación donde te encerras para no vivir la vida. Despertar es romper la burbuja, salir de la placenta donde estamos tan cómodos. Despertar es aceptar que la vida a veces duele. La vida puede ser un sueño, un somnífero, una cárcel. Despertar es encontrar la llave. 
Cuando uno despierta de una pesadilla agradece que haya sido un sueño, pero cuando la vida te golpea desearías estar soñando. Podés no distinguir si estás despierto o dormido pero sabes perfectamente que es una pesadilla.
Sin sueños la vida no tendría sentido, pero vivir en un sueño, en una ilusión, no es vivir. Vivir despierto significa que el dolor duela, sin anestesia, y que la felicidad nos mantenga con los ojos bien abiertos. La vida real, la de verdad, empieza cuando abrimos los ojos y dejamos de soñar. 

El Despertador.


 No te pasa a veces que ves una foto y estabas vestida horrible, y te preguntas, ¿ Por que nadie me dijo que estaba horrible? Y la verdad es que si, alguien te lo dijo, pero no lo escuchaste. Es como cuando una madre te hincha y te dice " llévate el saquito" y vos no le das bola, hasta que te empezás a morir de frío. Como a esa chica, a la que las amigas le dijeron mil veces, con indirectas, con directas,  en varios idiomas, tu novio te mete los cuernos, pero ella no lo escucha, no lo cree, no lo ve. Te pueden decir un millón de veces que tomar sol sin protector hace mal, pero hasta que no quedes camarón no lo vas a entender.
Todos lo tenemos miedo a las pesadillas… pero hay que tenerlo miedo a los sueños felices, porque es de eso de lo que no queremos despertar.


Si sos optimista, un realista te resulta pesimista.
Vivir soñando es como tener una tarjeta platino sin límite, y que nunca te llegue el resumen.
Si alguien despierta cuando estas teniendo una pesadilla, se lo agradeces. Pero si alguien te corta un sueño feliz, lo queres matar ¿o no?
Somos cenicientas que borramos el número doce de todos los relojes, para que nunca se hagan las doce y la carroza no se nos haga zapallo.
Claramente, todos odiamos al despertador, pero qué sería de nuestra vida sin él ¿no?
¿Qué despierta un despertador cuando te despierta? Tus sentidos ¿no?. Salís del sueño y empezás a ver, a escuchar , a oler, a sentir.
Para poder despertar primero hay que desearlo. Luego intentarlo. Y después dejar que ocurra.
Mis amigas me preguntaban ¿Qué te pasa? Y yo les decía… “estoy re dormida”. Sin dudas, necesitaba un despertador.