miércoles, 24 de junio de 2015
Aquella noche de otoño
En todo momento te observe, en todo momento me mantuve al tanto de cada paso que dabas hacia el frente, dejando toda nuestra historia, un montón de pasos atrás.
Te vi partir, te vi alejarte en aquella hermosa noche de otoño, si, era hermosa. A pesar de las despedidas, de las constantes perdidas, y los aprendizajes aprendidos a puro dolor, aquella era una hermosa noche de otoño.
Enumere cada carta que te escribí para que regresaras, organice un sin numero de planes para conseguir olvidarte. Todo un fracaso.
Te convertiste en mi primer pensamiento en la mañana, pasaste a ser mi sonrisa de nostalgia y en mis lagrimas de muchas madrugadas. Pero ¿sabes que?
Hoy en día eres mi experiencia favorita, mi secreto mejor guardado, eres aquella ilusión frustrada que a pesar de las desgracias hoy me trae calma, y me consuela el hecho de saber que a pesar de todo, a pesar del tiempo, de las circunstancias y a pesar de que no somos, una vez fuimos, en definitiva ha valido la pena llevarlo conmigo todo este tiempo.
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