lunes, 26 de noviembre de 2012

Hace mucho que no te veo sonreír.
Tu espejo.

El reflejo de algo asqueroso.

Hoy me miré al espejo. Rutina diaria que hago todas las mañanas desde hará un año y medio. Pero hoy fue distinto, hoy me quebré. No pude evitar que broten las frías lágrimas de mi rostro. No me gustó lo que ví. Nunca me gustó. Me doy asco. No se como dejaron mis papás que de chiquita haya llegado a esto. Es una triste realidad que no puedo combatir.
No tengo la admirable fuerza de voluntad que muchas tienen. No puedo decirle NO a la comida. Ni siquiera un puto e interminable día puedo "hacer dieta". Veo que mi hermana no come mucho, aveces no cena o no almuerza y yo trago la comida. Morfo, morfo, morfo. Y obviamente después me cago arrepintiendo. Te envidio hermana, ayudame a ser como vos.
Con 10 kilos menos estaría muy feliz, pero... ¿Cómo llegar a eso? ¿Cómo carajos alguien como yo puede bajar de peso? No tengo las fuerzas necesarias ni alguien que me ayude. Pero tampoco quiero seguir mirandome al espejo y tener ganas de agarrar un cuchillo y cortarme todo la grasa que tengo.
Quiero salir al río y no tener vergüenza de que la gente me vea, quiero usar remeras cortas que se vea mi panza y no tener miedo a ser jusgada ni sentirme insegura. ¡Quiero ser flaca mierda!

Comer para vivir, vivir para comer.

Estoy obsesionada con mi peso, lo odio. Odio mirarme al espejo sentir asco y no hacer nada por mejorarlo. Te odio comida de mierda, porque carajo me hice adictiva a vos si no te necesito.De una forma u otro creo que todas las mujeres pasamos por una crisis así. Las que no se preocupan por el peso están preocupadas por otras cosas (lolas, culo, pelo, nariz, etc.).Siempre intentamos ser perfectas y adaptarnos a la visión universal de belleza. Por más que en los ultimos años la obesidad haya aumentado, la moda sigue siendo tercamente delgada. Me da verguenza de mi misma mirar fotos de chicas flacas, con un cuerpo hermoso y yo así. Mido 1,60 y peso 61. Con 10 kilos menos sería feliz, pero ni siquiera tengo la fuerza de voluntad como para bajarlos. Por lo menos las chicas que tienen el mismo problema que yo muchas (la mayoría) tienen la fuerza de voluntad de comer poco y aveces poseen ayuda. Ojala yo la tuviera, ojala mañana me diría "No vas a comer de más, vas a bajar de peso" y lo haría. Mi unico deseo de dejar de decir: Me siento gorda. No gorda no, obesa si. Pero como y como, es lo unico que hago y eso no es ningún beneficio. 

Y pretenden que seamos flacas.

Y pretenden que seamos flacas. Pretenden que no comamos. Pretenden que tengamos cuerpos de modelos. Pretenden que seamos todas iguales. Pretenden que nos negemos a la comida, mientras ellos pueden comer todo. Pretenden que vivamos de verduras y caldos. Pretenden que le digamos que no a las delicias. Pretenden que digamos que no a una adicción mientras nadie nos ayuda. Pretenden que se noten nuestros huesos y tengamos un abdomen chato sin recurrir a medidas drásticas. Pretenden que nos riamos como si nada pasa cuando nos gritan "GORDA". Pretenden que seamos perfectas por fueras mientras que nosotras también luchamos por ser perfectas inferiormente. Pretenden que todas seamos hermosas por fuera. Pretenden que sigamos la moda. Pretenden que nos vistamos bien mientras que ahora vestirse a la moda es costoso. Pretenden que los aceptemos como son mientras que pocos nos aceptan como somos. Nos critican, nos humillan, nos insultan con palabras que en verdad lastiman, nos odian, nos odiamos y pretenden que aun así seamos hermosas y felices.

Mi reflejo.


Ella de unos 17 años o menos, castaña, estatura alrededor de los 1,60 metros y de cuerpo grandote (opino que debe pesar dentro de los 55 o 60 kilos), es como una sombre negra que siempre me persigue, como un mal augurio. Todavía no comprendo por qué está tan enojada conmigo, lo único que sé es que cada vez que nos encontramos termino con pensamientos negativos y sintiéndome horrible. No sé que pretende de mi, nunca me habló, únicamente se limita a observarme.
A veces sonríe, eso sí. Pero no con tanta frecuencia. A mí me encanta cuando lo hace. No sé por qué. Pero cuando sonríe me hace sentir bien conmigo misma. Sus ojos reflejan tanta felicidad cuando ríe. Si tan solo supiera que es mejor cuando esta así. Si tan solo supiera que sonriendo acabaría con algunos de sus problemas…

Últimamente la veo mucho mas enojada. Espero que no trame algo malo. A veces pienso que la próxima vez que la vea va a ser capaz de dañarme o matarme. Pero debo confiar en ella, todavía no se comporto mal (quitando de lado las oscuras miradas). Ojala pueda verla pronto sonriendo. Me gustaría mucho.
Hay días que deseo esquivar el espejo para no encontrármela. Bastante que, durante todo el día, estoy odiándome yo misma físicamente. No necesito de ella. Pero ella si necesita de mí, lo noté hace un tiempo. 
¿Por qué es tan mala conmigo? Tal vez tenga problemas consigo misma y por eso me ataca así. Si no es por eso que me abomina no sé porque deba ser. 
Es muy confuso todo esto, ella me confunde mucho… ¡Espera! No es más que un reflejo, mi reflejo. Ella no es otra persona indiferente a mi, ella soy yo. Soy yo mi propia sombra negra, y la chica de las miradas espeluznantes y deseos tenebrosos.
 
Y se fue. No le importaba verla llorar. Simplemente se marchó dejando todo lo que habían logrado atrás. 
No se volteo a verla ni siquiera expresó ningún gesto de angustia, únicamente se limitó a irse para no volver más.
 
 
"Comerás, engordarás, seguirás comiendo, parecerás normal... Pero seguirás odiando(te)." 
Cada día que pasa yo...
                                     Me siento más gorda.
                                     Siento que mi grado de obesidad aumenta con los días.
                                     Me siento más deprimida.
                                     Siento ganas de ponerme en un pedo atómico y bailar como loca.
                                     Siento más ganas de cometer alguna locura.
                                      Siento ganas de disfrutar la noche desenfrenadamente.
Cada día que pasa estoy más trastornada.


Revolví un pasado del que no quise saber nunca más. Leí cartas olvidadas en un cajón y abrí pensamientos escondidos en lo más profundo. Volvió esa vergüenza que sentí al saber que caí en sus artimañas, pero sobre todo regresó a mi esa tristeza al saber que me fallo alguien en el que confié.

Besos inesperados.

 
¿Quién no se acuerda de su primer beso? ¿Quién no se acuerda de su último beso? ¿Quién no recuerda esos besos que dio en el camino?
Esos besos raros, besos con historia, besos que tardan en llegar o besos que no llegan nunca. Para mí los imposibles de olvidar, además del primero, son los besos inesperados.
Los besos transforman todo, son como una barrera, un muro que cruzas sin saber que te vas a encontrar del otro lado. Se te acelera el pulso como si el beso fuera la represa que se abre para dejar que un rio de sensaciones te recorra. Los besos no se dan con la boca, los besos se dan con todo el cuerpo. Los besos se dan con la memoria.
Los besos son puentes que unen territorios imposibles, son la prueba que nuestra alma necesita. ¿Técnicamente que es un beso? ¿Dos bocas que se juntan? ¿Respirar el mismo aire? ¿Eso es un beso?
Hay besos que no deseas, o no esperas, pero que llegan y no te sorprenden. Lo que te sorprende tal vez es que no sabes cómo ni por qué, pero te empieza a gustar. Eso sí que es inesperado.

Sin Explicacion.

Cuando te preguntas por qué y no tenes respuesta no hay paz, te sentís caer al vacío, no hay pregunta que duela más que ‘por qué’. Y necesitamos entender eso que nos inquiera, nos perturba, nos genera ansiedad.
No entender nos enmudece. Habrá que aceptar lo que no tiene explicación, eso que ocurre sin que sepamos por qué. Ese absurdo que amarga nuestra existencia, eso que nos deja en soledad preguntándonos una y otra vez por qué, por qué. Ese sin sentido que vuelve nuestra vida irreal, ese por qué que necesita una respuesta urgente, esos por qué que desesperan. Cuando lo absurdo es tan absurdo ya nada importa.
Quizá se trata de aceptar que en la vida hay cosas que no tienen explicación… o sí.