viernes, 30 de noviembre de 2012

En el muelle de San Blas

Ella despidió su amor, el partió en un barco en el muelle de San Blas. El juro que volvería, y empapada en llanto ella juro que esperaría. Miles de lunas pasaron y siempre ella estaba en el muelle, esperando. Muchas tardes se anidaron, se anidaron en su pelo y en sus labios. Llevaba el mismo vestido, por si el volviera, no se fuera a equivocar. Los cangrejos le mordían su ropa, su tristeza, y su ilusión. Y el tiempo se escurrió, y sus ojos se llenaron de amaneceres. Y del mar se enamoro, y su cuerpo se implanto en el muelle. Sola, sola en el olvido. Sola, sola con su espíritu. Sola, sola con su amor el mar. Sola, en el muelle de San Blas.  Su cabello se blanqueo, pero ningún barco a su amor le devolvía. Y en el pueblo le decían "la loca", la loca del muelle de San Blas. Una tarde de Abril, la intentaron trasladar al manicomio. Nadie la puso arrancar y del mar nunca jamas la separaron. Se quedo con el sol, y el mar. Se quedo ahí, se quedo hasta el fin.

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